En su Solemne Procesión, del 25 de agosto, del año del Señor, 2015.
"¡Victoria!¡Tú reinarás! ¡Oh Cruz! ¡Tú nos salvarás!"
Dichosos los que anuncian tu muerte y proclaman tu Resurrección. Este canto característico del Viernes Santo nos recuerda todo el sufrimiento de Jesús en su pasión, pero también nos recuerda la redención. Se ha escogido este tema para este año con motivo de los 120 años de la consagración de la República de Guatemala al Sagrado Corazón de Jesús.
Debido a que nos recuerda quién es Cristo, porque nuestro cariño va guiado hacia Él. ¿Qué hizó para que nosotros nos encariñemos tanto? Murió por nosotros. "Pues eran nuestras dolencias las que él llevaba, él soporto el castigo que nos trae la paz". (Is 53, 4-5)
Es una muestra de afecto entregarnos por quién nos ama. Pero nosotros le amamos a Él... Esa es la pregunta. El país está consagrado al amor de Jesús por nosotros, ¿pero nosotros respondemos a esta consagración con nuestro amor, con nuestras muestras de cariño?
Dos arzobispos de Guatemala salen en este tema: Mons. Ricardo Casanova "El Grande" y Mons. Rossell. El primero tuvo la feliz idea de ofrecer nuestro país al Corazón Sagrado de Jesús. Pero no sólo hizo tal cosa, sino vivió amando a su rebaño que murió mientras hacía una visita pastoral. Su vida es claro ejemplo de amor a Jesús y a la Inmaculada Concepción.
El segundo arzobispo también defendió al pueblo católico de Guatemala e intentó que la fiesta de los Dolores Internos fuera universal. Ahora bien, si ellos han dado valeroso ejemplo de amor a Jesús, demostrando que podemos ser solo para Él. ¿Por qué nosotros no?
Decimos victoria, reinad... pero a que victoria nos referimos y a que reino... Claro está que el canto se refiere a la obra de nuestra salvación por medio del árbol de la cruz. Pero nosotros lo hacemos vida en nosotros. Podemos gritar victoria, Cristo reina en Guatemala... nuestro testimonio de vida es el que proclama la muerte y Resurrección de Jesús.
Qué estos 120 años que han pasado nos sirvan de reflexión para hacer que nuestra vida gire en torno al que es nuestro único amor: Jesús. Amemosle con nuestra alegría, viviendo el Evangelio y no olvidandonos que está en el Altar.
Detalle del adorno
Abren paso dos esculturas que representan a los arzobispos Mons. Ricardo Casanova "El Grande" y Mons. Rossell. El primero lleva en sus manos el anagrama de la Inmaculada Concepción recordando la lucha inquebrantable que tuvo por que Ella intercediera ante Dios por la paz en Guatemala. Viste como obispo, llevando su bacúlo.
La segunda que representa a Mons. Rossell, viste con los ornamento litúrgicos llevando una corona en sus manos, símbolo del reinado de María y de Cristo. También el crucifijo que recuerda su amor al Sr. de Esquipulas. Destaca el Corazón de Jesús que lleva entre su ropaje. Nos señala el cielo para recordarnos que allí nos encontraremos con nuestro amor: Jesucristo.
Un camino de piedra en medio de un jardín de flores rojas, símbolo de la sangre de Cristo, derramada por nuestra salvación, abre paso hacia la cruz. En medio de nubes la Imagen del Corazón de Jesús se muestra triunfante en medio de los signos de la Pasión. Rematando la cruz que entre enredos de vid, nos recuerda nuestra salvación.
La alegoría intenta recordar que en la cruz, hemos sido salvados. Comprados a precio de sangre. Nos lo recuerda las esculturas de nuestros grandes arzobispos. Todo con detalles arquitectónicos, bellamente adornados por flores y enredos.
¡120 años de ser Guatemala toda tuya!
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