Alegoría del anda De la Venerada Imagen de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores.

"He  aquí   a  la  sierva  del Señor;   hágase  en  mí  según tu palabra"
San Lucas 1, 38

Este  episodio de la  anunciación  es muy grato  recordarlo. Muchos  dicen hay que  bonito  el angelito le  cuenta  y la Virgencita  acepta.  Pero .... ¿Qué  acepta?  a  qué  se  refiere  con  "he  aquí a la  sierva" ¿Será  que  sólo lo fue  para  mantener  al  Niño?  María da  un  sí,  un hágase  en  mí, a  costa  ¿de  qué?  En esa  época  quedar  embarazada tan rápidamente, para  una   mujer no  era  tan  bien  visto. Imaginen   que  San José  la  hubiera  denunciado, cosa  que  no pasó,  ¿Qué le  hubiera  pasado a  Ella y al bebé? Hay muchas  cosas   que  Ella  hubiera  sufrido, mucho y sin embargo, sin pensarlo  dice  hágase.

No es  un  hágase, de  un rato, la Virgen está  presente  en  la  cruz.  Allí también  dice  Ella: qué  se  haga  su voluntad,  yo soy su  sierva.  No es   una mujer  presente  en  alegrías,  en  fiestas,  en hacer  lo que  le toca.  Es  también  una mujer  que  en  el  dolor   y en  el  sufrimiento también dice:  aquí esta  la  sierva,  la  esclava  de  Dios.   María   nos muestra  un  gran amor  al Señor,  porque  quién ama,  confía  y quién confía: cree.  Pase  lo  que  pase, está  "al pie  del  cañón" sea   bueno  o malo.  Ya lo dice  el  libro de Job, 2, 10:  "Si recibimos  de  Dios  los  bienes, ¿Por  qué  no también los  males?."  Sea  lo que  se obtenga,  tendrá  sus  alegrías  y sus penas,  pero  ahí está  uno lo acepta.

Por  eso, veamos  a  María, en las  indecisiones  miradla  a  Ella.  En nuestras fallas, cuando sentimos  que  ya  no se  puede,  cuando  vemos  más  penas  y dolores,  seguid  el  ejemplo de María.  Porque  Ella  en el  dolor  como madre está  ahí,  y en  alegrías  también.  Imitemos  a  la  Madre que  si junto a  Ella  nos  quedamos  nada  nos  pasará.

Detalle  del Adorno:

Representando la  escena, se  observa  la  Imagen  de  Nuestra Señora  de  los  Dolores,  que  acepta todo, humilde, serena  confiando  y creyendo en Dios.  Las  rocas   y  vegetación cubren   su alrededor.  Diversos  signos  sobresalen para  recordarnos  que  Ella  acepta  todo, lo bueno, lo  malo, las  alegrías,  las  penas.  Columna   y soporte para  su familia, como su  familia  para  Ella,   ama,  cree, confía   y ayuda.   

Cierra  el  conjunto  elementos  de  la  pasión.  


Alegoría del Anda de Jesús Nazareno de la Divina Misericordia.+

"Padre,  si quieres,  aparta  de  mí este  cáliz; pero  no se  haga  mi  voluntad,  sino la  tuya."
San Lucas 22, 42.

¿Cuántas  veces  pedimos  no  llevar  nuestra  cruz?  ¿Cuántas  veces  lloramos por  nuestro destino? Acaso no podemos  tomar  esa  situación  invariable  y convertirla  en verdaderos  actos  de  amor, de  perdón...
 Jesús  se  ha  hincado, por  decirlo así,  en el huerto y le  pide  a  su  Padre, que   le  quite   esta  pena, pero  reconoce que  la  voluntad  del  que  le   envió debe  prevalecer  sobre  la  suya.  Por  eso dice: " si  quieres, aparta  de  mí"   Está  consciente  de  los  que  debe  hacer,  pero  como ser  humano  también le  da miedo.  ¿A  quién  no le  daría  un  "shock"  al saber   lo que  va a  sufrir? ¿Más  si  es tan  fuerte  como la  Pasión de  Cristo?

Hoy estamos    frente  a  tantos  caminos  que  hay que  enfrentar,  que  nos  dan  tanto miedo. Y, sí muchas  veces  decimos: "aparta  de  mí  este  cáliz".  Entonces  es  allí donde   nuestra  fe  tiene  que  afirmar nuestra confianza  en Dios.  "no  se  haga mi  voluntad  sino  la  tuya"  estamos  en  el  año de  la  fe,  el versículo  que  meditamos  con esta  alegoría  procesional,  nos  haga  reflexionar,  no por los  dolores  y las penas, los  sufrimientos  y los  vicios   vamos a  renunciar  a  nuestra  cruz  y hacer  la  voluntad  de  ¿Quién?.  

Al contrario  que nuestra  pesada  cruz,  que  es más liviana  que  la  que Cristo  llevó, nos invite  a tener  fe y a  decir  con Jesús,  que no se  haga mi  voluntad.

Detalle  del  adorno:

Se  observa   una  planicie  rocosa,  recordando  el  Huerto de  los Olivos.   Toda  la  decoración  en distintas  tonalidades  verdes, que  recuerdan nuestra  esperanza  en el Señor.  Contrapuesta  a la  vegetación  café, símbolo del  peso de  nuestra  cruz.  La  imponente   Imagen  de  Jesús  Nazareno de  la Divina  Misericordia,  al  medio del  anda,  nos  recuerda  el  episodio  del  huerto y al vez  la  aceptación del  mismo. 

Sea  su voluntad  así  en  la   tierra  como  en  el  cielo.