El Santo de los milagros


San Antonio de Padua
Iglesia de Santa Teresa
Guatemala

Nuestras abuelas contaban que los días martes, día de San Antonio, en las iglesias como la Capellanía de Santa Teresa, regalaban unos panitos, estos popularmente conocidos como los Panitos de San Antonio. Eran chicos y por eso su diminutivo, eran como las conchitas, otro tipo de pan dulce solo que en pequeño. Las abuelas le guardaban a sus nietos, la mitad de uno de esos panitos. Como se imaginarán era un pedacito.

San Antonio se arraigó mucho en las culturas, por su peculiar historia, no tanto por sus panes, sino porque es el Santo que recupera las cosas perdidas.

Conozcamos a este santo por medio de su vida...


Se llamaba Fernando y nació en Lisboa, Portugal. Sus padres se llamaban Martín y Teresa, ellos le dieron una cristiana educación, cuando tenía quince años se entregó a una vida de fervor religioso y de estudio.
Una mujer, que apasionada por él trató de inducirle, pero Fernando le pidió al Señor que le ayudará con aquel dilema. Mientras estaba junto a su imagen el Señor le comunica y le dice: " Si quieres ser perfecto ven y sígueme".
Entra con la orden de San Agustín, estudiá en Lisboa y después pasa a la ciudad de Coimbra, donde se entrega por completo a los estudio de las escrituras y más tarde recibe la Ordenación Sacerdotal siendo aún joven.
Mientras trabajaba en el jardín, oyó las campanas llamando a Misa, su amor por Jesús hizo que la pared se volviese transparente y así poder ver la Santa Eucaristía, ya que la iglesia era contigua al jardín.

Mientras estaba en la ciudad llegaron los cuerpos de los mártires franciscanos, muertos por su fe en Cristo, Fernando desea ser mártir y pide ser admitido en la Orden de los Frailes Menores con la condición de que lo envíen a tierras de moros para morir por Cristo.

Luego de su profesión, como franciscano, cambia su nombre al de Antonio y pide ser enviado a Marruecos. Pero Dios no lo quería de mártir, enferma gravemente. Regresa a Portugal pero la nave es arrojada a Sicilia y ahí desembarcaron.

Fray Antonio desea pasar inadvertido y se une a unos frailes que se dirigían al eremitorio de Montepaolo. Aunque pasa mucho tiempo sin mostrar sus conocimientos, en una reunión entre franciscanos y dominicos, nadie quería hablar, le ordenan a Fray Antonio que sea él quién de un discurso, todos quedaron admirados, por ser un gran orador.
Nombrado Predicador General de la Orden, es imposible intentar contar la gran cantidad de sermones que dio.
En Rimini había muchos herejes e intentaron desaparecer a Fray Antonio, invitándolo a comer, en su alimentos le colocaron veneno, pero no le hizo ningún daño y los herejes al ver aquello lo dejaron en paz.

Como no había nadie en la iglesia fue a la orilla del río y se puso a predicar y todos los peces estaban afuera escuchando la Palabra de Dios. Y como en Rimini eran muchos los herejes le pidieron un milagro para creer en que Jesús estaba en la Hostia.

Es así que Antonio ayuna tres días y ora pidiendo a Dios que lo ayude en ese trance. Todos estaban reunidos ese día, el hereje trajo una mula y Fray Antonio la custodia con el Santisímo. Mientras tanto se colocó el pienso a una distancia prudente de San Antonio, la mula que no había comido, fue soltada, al principio se dirige al pienso pero al ver a la Eucaristía dobla sus patas y se inclina hasta el suelo y así se quedó. Y todo el mundo se arrodilla, luego Antonio entra a la Iglesia con la Custodia y la mula se dirige al pienso y come.

Fray Antonio fue enviado a Francia donde un fraile se roba su salterio, se pone a orar pidiendo que le devuelvan el salterio y el fraile se lo llega a devolver, tal vez por esto se le invoca cuando perdemos cosas.

Hizo milagros como el devolver la vida a un niño, el devolverle la pierna a un joven que se la había cortado, también no permitir que lloviera sobre los que estaban oyendo la Palabra de Dios.
Mencionar la visita del Niño Jesús a San Antonio, mientras el conde lo espía, en una pequeña celda.

Antonio se fue sintiéndose mal hasta que muere, entre sus últimas frases está:
" O gloriosa domina sublimis inter sidera..."
" Veo a mi Señor y Rey"

Precisamente muere en Padua, un 13 de junio de 1231, martes como cuenta la tradición.
Canonizado el año de su muerte, el Papa Pio XII lo declara Doctor de la Iglesia Universal.

Tras leer un poco de su vida notamos que las representaciones de San Antonio siempre lleva un libro símbolo de su conocimiento profundo de las Sagradas Escrituras, una rama de Azucenas símbolo de su pureza, y al Niño Dios recordando el encuentro que tuvo con él en aquella celdita, mientras le explicaba las Escrituras.

Este 13 de junio no olvidemos ir a saludar a este Santo tan querido, festejando a Dios por habernos dado un hermano tan bueno que seguro nos ayudará a llegar al cielo.

San Antonio de Padua
Ruega por nosotros

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