La revelación privada a Madre Encarnación, beata.





La  Revelación

La manifestación de  Dios  a los  hombres, por  medio de  Él, es  llamado revelación.  Esta  es  conservada  en  la  Tradición ( lo que la  Iglesia  recibió de  Cristo) y en las  Sagradas  Escrituras. Todo esto se  considera  el  depósito de  la fe.

Si esto lo buscamos  en  el diccionario, podemos  encontrar  que su  significado,  refiere  a  los que  está oculto y  es  descubierto.  También  se  dice  que  es  el acto por  el cual  una  divinidad  se  manifiesta  a los  hombres o anuncia  sus  propias  leyes  o  verdades  a  individuos  por  ella inspirados. Los  medios de  la  revelación pueden ser  varios. Después  sigue  colocando las  diversas  formas  en las  que  puede  manifestarse.

Vamos  a continuar  con la  explicación que la  Iglesia  da  sobre  la  revelación y sus  tipos.  Hay que  distinguir  que la llamada  pública  es  designada   a la  acción reveladora de  Dios  que ha  hecho a  toda  la  humanidad  y que  se  encuentra  en la  Biblia.  Allí Dios  se manifiesta  gradualmente  hasta  encontrar  su  plena  realización con Cristo.  En ello, con su  vida,  pasión,  muerte  y resurrección da cumplimiento a lo que  se  ha ido anunciando en el Antiguo Testamento.  Por  otro lado quienes  la  reciben son los  apóstoles;  por  ello  al morir  el  último la  revelación pública  como  tal  ha  terminado. Pues  son ellos los  encargados  de  trasmitir  el mensaje  que  Cristo les  confió.

Sin embargo la  Iglesia  ha  custodiado de  forma  oral  y escrita, el Evangelio de  Nuestro Señor. A  través  de la  sucesión  se  ha  trasmitido todo esto que  han  recibido.  Formando así la  Tradición; que  es guiada  por  el Espíritu  Santo, ligada  a  la  Escritura pero distinta  en cuanto  que no fue  plasmada  en un papel.

La  fe  invita  a  creer  firmemente  en  la  revelación pública, pues  es la manifestación plena  de  Dios  a  los  hombres. Pues  Cristo mismo ha  venido a  enseñar,  todo lo  que conocemos  ha  sido revelado por  el  Hijo (san Juan 1, 18) Pero  existe  también  aquellas  revelaciones  que  llamadas  privadas, quieren  ayudar  a  vivir  de  una  forma  más plena  la  fe.  No son  complemento, sino guía  para  acercarse  más  a  Jesucristo  y a la  vivencia del Evangelio.

Volvemos  a  tomar  el diccionario. Pues  ya  se  ha  analizado que la  revelación  pública  ha  sido una  vez  y para  siempre.  Entonces  se  dice  que  la  revelación privada ha  de  ser por  diversos  medios. “los  sueños pueden ser  también un vehículo de  revelación” ¿qué  otros  medios  existen? Las locuciones, las  apariciones,  los  milagros…

Cuando se  dan estos  casos la  Iglesia  ha  de inspeccionar para  dar una orientación a  la  feligresía.  Por  ello  la persona  que las  recibe ( en el  caso de  locuciones  o  apariciones)  debe  llevar  una  vida   congruente  a  lo que le ha  sucedido.  Aparte  de  examinarse  que  no es  una mentira,  o que  ella  tiene  algún problema  psicológico  o mental.  Estas deben  tener  un mensaje  que  no vaya  contra la  fe  o las  buenas   costumbres.

Beata  Madre Encarnación  Rosal y San Ezequiel Moreno

Vicenta  Rosal nació  en 1820, en Quetzaltenango. Más  tarde  tomaría  el nombre  de  Encarnación.  Ella como monja  bethelemita  se encargaría de  reformar  la orden y darle  otra vez  vida. Es  el  lazo de  unión entre  el Santo Hermano Pedro  y  la  actualidad. Empezó con el colegio, posteriormente  sería  vicaria  hasta  que  en 1855 sería  elegida  priora. Ella misma  al saber  que  tenía  a cargo el instituto  se  entregó  más  a Dios,  orando en cada momento  incluso en  las  noches, en medio de las  dificultades. Por la persecución religiosa tuvo que  vivir  aislada  del convento en casas, posteriormente  se  irá,  con las  demás  hermanas,  a Costa Rica. Volverán a  ser  perseguidas, siendo  recibidas  en Colombia. 

Madre Encarnación morirá  en Tulcán,  en 1886. Pero su cuerpo se  encuentra  en la  actualidad en Pasto, Colombia.  Beatificada  por  el Santo Padre Juan Pablo II en  1997, en  Roma  Italia.

En Pasto,  el obispo  Ezequiel Moreno conocerá  a las  bethelemitas.  Este  santo,  nació  en Alfaro, España. Se  hizo  agustino recoleto  en el año de  1884; un 21  de  septiembre  día  en que  entro al convento. Fue misionero en las Filipinas,  posteriormente  nombrado superior del  convento de Monteagudo en España. En 1888 regresa  a  sus  actividades  como misionero llegando a  Colombia.

En 1895  fue nombrado obispo de Pasto. Tan querido  era, que  en 1905, diagnosticado por  un cáncer,  tuvo que  regresarse  a  España, porque  la  gente  y los  frailes  querían su  recuperación. Pensando todos  ellos  en que  se  curaría, más  no tuvo éxito  la  operación.  San Ezequiel vivirá  sus  últimos  días  con la  esperanza  puesta  en Dios  y preparándose  a  su muerte  con gran  piedad.
Beatificado en 1975  por  el Papa  Pablo VI  y en  1992  canonizado  por  San  Juan Pablo II. Considerado  un  gran apóstol de la  Evangelización en América.

Como se ha mencionado  San Ezequiel conocerá  a  las  hijas  de  Madre Encarnación, sucesoras  de  aquella  tarea  emprendida  por  el Santo Hermano Pedro y continuada  por  ella, las  acogerá con cariño, pero  hay  una  cosa  que  lo mantenía  en  distancia:  la  celebración del 25  de  mes.

¿Se  apareció Jesús  a Madre Encarnación?

San Ezequiel Moreno, como obispo  ha  de  encargarse  de muchas  actividades. Una  de  estas  fue  que  invitado por las  monjas  bethelemitas  a  celebrar  la  misa  del  25  de mes, algo le  cambió. Las  monjas  le  invitaron a  saludar  al Santísimo,  algo pasó, pues  después  de  ello  se encargaría  de  investigar y de  propagar la  devoción al Corazón de  Jesús  en sus  dolores internos.

En  el libro que  redactará, da  testimonio que  las  revelaciones  a la  Beata Madre Encarnación, tienen licencia  del arzobispo Mons.  García  Peláez.  Se  fundamenta en un  arzobispo, pero también en  otros  documentos que  las monjas  le  dieron acceso.

Por  eso  se ha iniciado  con  el conocimiento de  saber  quién era  Madre  Encarnación  y quién fue  San Ezequiel.  Dada  su condición de  personas  entregadas  fielmente  a  Dios, con una  conducta  de  vida sorprendente,  en su  vida  como religiosos. Así los  dos  demuestran que  no sufren de  ningún trastorno mental, ni  que  desean hacer  alarde de  su vida.  Es más  Madre Encarnación fue  muy precavida  con  la  devoción, pues  quería  evitar  a  toda  costa, un problema  en la  Iglesia,  o bien  en el progreso de  fomentar  la devoción.  Sin embargo diversos  confesores de la  Madre  dijeron que  no  se  oponía  esto en nada  a la  Iglesia.


Si la  beata  fue  cuidadosa  y como se  dice  en los  libros  no utilizo la  palabra  aparición, ¿entonces  porque da  la  impresión de  si serlo? Recurramos  al obispo San Ezequiel. En la  primera revelación, que  es  el  9 de  abril de  1857, parece  ser  una  locución. ¿Porque?


La narración del suceso sucede  de la  siguiente  forma:

En la noche del Jueves Santo  de  1857,  estando  en  oración  a  las  dos  de  la  mañana,    una  voz  interior que  me  decía:  “Los  hombres  no  celebran  los  dolores de  mi  Corazón”.  Estas palabras parecía que con un buril o diamante me las grababan en el alma. Como me  causaron  tanta  admiración,  di  cuenta  de  ellas  a mis  directores  espirituales, los   cuales   no   hicieron   mucho   caso   por   entonces.   Pasados   algunos   días, acabando  de  comulgar    la  misma  voz:  “Los  hombres no  celebran  los  dolores de mi Corazón”. Como estas palabras me sumergían en el abismo de mi miseria, le dije al Señor: “Dios mío, si quieres que los dolores de tu amante Corazón se celebren, como yo soy incapaz de promover esta devoción, ¿por qué no te vales de  una  religiosa  teresa,  capuchina  o  catalina?”.  Díjome  el  Señor: “Porque  he puesto en ti mis ojos, atendiendo a tu gran miseria”. Con esto sentí tal amor a mi Jesús que quedé bañada en dulce llanto…”

Al leer  esto se observa  el uso de  las palabras: “díjome”, “oí”, “voz  interior”.  Eso hace pensar  que  fue una  revelación interior. Algo que  ella  oyó,  que le  dejaba un sentimiento “dulce” llena  de  “amor”.  La precaución que  redacta  la Madre  podría pensarse  que  en realidad lo vio, pero evito el uso de estas  palabras. Sin  embargo, cuando ella  tiene en la  noche  angustia y otros  sentimientos, pasado ya  un tiempo,  promete varias  cosas  al  Sagrado Corazón. Ella se  da cuenta  que  podrían ser  cosas  de  ella,  y en ese  momento empieza  a  sentir  los  síntomas  del  cólera.

Pide  perdón, y renueva  las  promesas  que  le  dijo a  Jesús.  Al notar  esto, podría  suponerse  bien, que ella  no ha  visto nada –en relación a  los Dolores  Internos,  pues  ya  un  año antes  vio a  Jesús  flagelado- pues  aduce  que  podrían  ser  cosas  propias.

Otro  relato no tan popularizado es  el que San Ezequiel  retoma, donde  por  medio de  la  pluma  de la  Madre dice:

“Una  noche  que  sufría  el  insomnio  que  produce  el  amor  divino  cuando  el alma recibe grandes consuelos, o, por el contrario, sufre penas, pavor y tristeza; en esa noche, de repente, vi aparecer ante mi vista una luz clarísima, no como la del  sol,  sino  blanquísima  y  suave,  pues  no  ofendía la  vista.  En  medio  de  esta apacible  luz,  se  me  presentó  Nuestro  Señor  Jesucristo,  derramando  sangre  de todos  sus  poros,  y  con  melifluo  acento,  mientras  me  descubría  su  amante Corazón, traspasado con diez dardos que sobremanera le herían y oprimían, (…)”

No podemos  sacar  conclusiones  pero si intentar,  reflexionar  a  que  se  refiere la  Madre.  Es  de  noche  y sufre  por  no poder  dormir, la  causa: Dios.  Tanto le  ama, que  no puede  sosegar  el sueño,  y por lo  tanto tiene  que  estar  despierta  en  su busca, al encuentro de  su Señor.  ¿A  qué  consuelos se  refiere  la  Madre? ¿A lo que  va  a  pasarle?



Si ha  recibido consuelo, o está  sufriendo penas, ¿Quién  le  dará  la  tranquilidad? El sagrario.  Donde  Jesús  está.  Ella  como siempre  recurre  a  Jesús y  en la  capilla  del convento irá  a  rezar. Entonces  ve  una  luz  clarísima,  pero en 1857  aún  no hay lámparas. Tampoco  está  soñando, ni tiene  sueño, porque  ella  ya  especificó que ese  día  ha tenido insomnio. Cabe  preguntar como cuentan las apariciones otras  videntes.



El objetivo de  hacer  esas  comparaciones, es para  notar la  existencia  de que algo sobrenatural estaba  haciéndose  presente.  En las  apariciones  de la  Virgen María en Fátima, Portugal, cuentan cómo se  presenta  la  Señora. Vimos

“a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol, irradiando unos rallos de luz clara e intensa, como una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella. Nos detuvimos asombrados por la aparición. Estábamos tan cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que ella irradiaba, casi a un metro y medio.”



Noten la luz que  emite, clara, rodeados  de luz,  parece  que no les  ofende pues la  ven y  posteriormente  pueden  describir  muchos  detalles.  En una  revelación privada, Jesús  se  le presenta y Santa Margarita Alacoque  escribe sobre  lo que  vio:

“El divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, más brillante que el sol, y  transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior...”

Otra  vez, volvemos a  observar  la  típica  luz, tan brillante como el sol, pero  tan perceptible  a  la  vista.  Tanto la devoción a  la  Virgen  María  en Fátima,  como al Sagrado Corazón en  las  revelaciones  de  Santa  Margarita,  han obtenido  la  aprobación eclesiástica. En otra  anotación Santa  Margarita  vuelve  a mencionar  las  típicas  luces:

"que se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme retirada en mi interior por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente de Gloria, con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo de su sagrada humanidad rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón."

La Virgen, Madre de  los pobres,  también  presenta  un fondo de luz,  según contó la  vidente.

“una luz y una hermosa Señora que tenía la cabeza muy iluminada, como si la luz irradiara de su propio cuerpo”

Tanto en Jesús  como en la  Santa Virgen, al  presentarse les  rodea  y emanan  una luz.  Donde  Jesús o María  se  hacen presentes  antes  y durante  aparece  este  signo.  En los relatos anteriores  se  nota  la presencia de  que el vidente  o la  vidente, ve  a  la  persona, porque  se  hace  visible, porque se  aparece.

Después  de  esta  comparación no podemos  negar  que  Madre Encarnación ve  a  Jesús,  no como una  imaginación o  sueño, sino  al igual que  los demás  videntes, ¿Si  a ellos les  creyeron que Jesús/ María  se  hizo presente y lo vieron, porque  a Beata Madre Encarnación dudan?



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Bibliografía
 
http://hispanidad.tripod.com/hechos33.htm
http://www.libroscatolicos.org/libros/mariaysantos/ezequiel.pdf
 http://recursostic.educacion.es/eda/web/tic_2_0/informes/perez_freire_carlos/temas/personajes.htm
 http://webcatolicodejavier.org/VFapariciones.html
 http://www.corazones.org/santos/margarita_maria_alacoque.htm
http://www.abc.es/sociedad/20131125/abci-apariciones-marianas-reconocidas-iglesia-201311181420_2.html
https://www.aciprensa.com/Biblia/revelacion.htm
http://es.thefreedictionary.com/revelaci%C3%B3n
http://bethlemitas.org.co/beata-madre-maria-encarnacion-rosal/
https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=248

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